Feria del Conocimiento 2013
Lo bueno, lo malo y lo feo...
Lo bueno:
Con la Sinfonía inconclusa del mar, el pasado 27 de septiembre de 2013 se dio inicio a la Primera Feria del Conocimiento "Intercambio de saberes" Todos a Aprender.
Durante tres días, Bogotá se convirtió en el escenario de encuentros —y desencuentros— entre estudiantes, docentes, directivos, padres de familia, tutores y formadores quienes, en muchos casos, recorrieron cientos de kilómetros para llegar al lugar.
De esta manera, los miles de asistentes, tuvieron la oportunidad de participar de diferentes actividades académicas, lúdicas y recreativas: conferencias, charlas personales con la Ministra de Educación María Fernanda Campo, juegos, discusiones e intercambio experiencias, hicieron parte del evento.
Fue interesante que asistentes de las diferentes regiones del país, tuvieran la oportunidad de sentarse con la Ministra para plantearle las problemáticas que viven en sus lugares de origen; dándole un rostro y una voz a las inconformidades que muchos compartimos desde nuestras particularidades.
Muchos de los participantes del evento, se emocionaron sobremanera cuando por la puerta, en medio de un número amplio de guardaespaldas, ingresó el Presidente de la República, Juan Manuel Santos. Sin embargo, más allá de la euforia farandulera o politiquera que el hecho pudo generar, es necesario rescatar que tanto la Ministra como el Presidente reiteraron que una de las fortalezas del Programa radica en que está proyectado para convertirse en política pública, lo que permitiría que los objetivos en relación con el mejoramiento de la calidad que esperamos alcanzar a nivel nacional, sean una realidad.
Asimismo, cabe resaltar el intercambio de experiencias inspiradoras que fueron seleccionadas a nivel nacional para ser presentadas en la Feria, puesto que, si bien es cierto, no todas resultaron igualmente "inspiradoras", sí fue posible hallar en medio del pajar, una que otra aguja que en mi opinión, valió la pena encontrar.
Niños y adultos disfrutamos del Jardín, cuyo espacio sirvió para que la literatura, el juego y la lúdica aparecieran en escena y para que la Feria —de acuerdo con una de las acepciones del término— fuese un momento de fiesta.
Lo malo:
Para todos los asistentes, era claro que la Feria estaba programada desde hace meses. No obstante, se hizo evidente un dejo de desorganización en el evento, puesto que muchos tutores no contamos con el apoyo logístico pertinente para nuestra participación en la Feria.
Hoy, con todas las cosas buenas que se experimentaron en la Feria, se respira en muchos de los asistentes, un aire de inconformidad frente a la situación, puesto que aún no termina de ser reparada.
Lo feo:
Aquí me referiré sólo al caso de Putumayo, por ser el que de manera directa conozco, aunque de manera informal, escuché a docentes, directivos y tutores de otros lugares del país, señalando el mismo inconveniente...
Aunque la invitación a la Feria —con todas las implicaciones que "invitar" tiene— se hizo pública con bastante antelación, Putumayo sólo contó con la asistencia de dos directivos docentes al evento. Dicho inconveniente fue el resultado de la falta de recursos disponibles en los Establecimientos Educativos (EE) del departamento para enviar a sus representantes a la Feria, puesto que si bien fueron invitados por el Programa, no se contó con apoyo económico por parte de los anfitriones del evento para que los invitados de los EE tuvieran todas las garantías de desplazamiento, alojamiento y alimentación.
Es lamentable que los EE de Putumayo invitados al evento perdieran la oportunidad de participar de un evento académico de tal envergadura y que quienes asistieron, debieran hacerlo con recursos propios.
El llamado aquí, es para que en eventos como este, todos los asistentes cuenten con las garantías y se aproveche al máximo toda la riqueza que desde las diferentes actividades puede generarse.